Cascada Aitzondo

El parque natural de Aiako Harria está situado al extremo occidental de los Pirineos. Un último macizo granítico de gran interés geológico, pintado de verde por robledos y hayedos. Los valles, angostos, surcados de ríos y cascadas, forman sus propios ecosistemas. A lo largo del parque la huella del hombre se ha traducido en restos prehistóricos, de antiguas explotaciones mineras o fortificaciones militares.


La primera de las rutas que vamos a descubrir recorre algunos de estos lugares. Saliendo de la sidrería Ola dirección a los Hornos de Irugurutzeta. El camino, marcado con pintura verde y blanca, se interna en un bosque de castaños.


Un primer tramo de subida lleva a un antiguo trazado del ferrocarril minero, y a sus famosos cinco túneles, desde donde se puede disfrutar de las vistas a la bahía de Txingudi. El camino sigue hasta llegar al nacimiento de la cascada Aitzondo, una de las más grandes de Gipuzkoa, donde el camino se divide para: seguir subiendo dirección a los montes de Aiako Harria, o bajar hacia los pies de la cascada para volver, haciendo una vuelta circular, de nuevo a la Sidrería.

 

 

 

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SIEMPRE HAY UN PLAN – Osole Visual

Ruta Santa Orosia-Oturia

En esta familia, nos gusta animar a nuestro hijo a afrontar retos en general y de montaña en particular. Y parece que, de momento, le encanta. Y de la misma manera, nos gusta que aprenda a “escuchar” lo que los paisajes de montañas y hombres nos cuentan. Pero, sobre todo, nos gusta que nuestro hijo aprenda que “siempre hay un plan” si sabes encontrarlo.

Quizás sea porque nosotros, Isabel y Martín, nos hemos pasado la vida preguntándonos qué hay más allá del bosque, de un collado o incluso de la cima y disfrutando no solo de los logros, sino de los caminos para llegar a ellos. La verdad es que aún conservamos esa curiosidad. Así que a Fabián no le queda más remedio que acompañarnos, mientras podamos “engañarle”, claro.

En Yebra de Basa y sus montañas Isabel guarda algunos de los mejores recuerdos de su infancia y de su juventud, por eso estábamos allí. Nuestra idea inicial pasaba por visitar en bici algunos de los pueblos remotos y despoblados de Sobrepuerto después de pasar una gran noche de asado en familia. Pagamos en Yebra el acceso a la pista (2€ que ayudan un poquito a su mantenimiento). Nuestro destino en coche era la ermita de Santa Orosia.

Pero los planes no siempre salen como los piensas… La nieve del día anterior, ya derretida, nos obligó cambiar de rumbo. El suelo de los caminos ya se había transformado en barro arcilloso en algunas zonas. “No nos quedaba otra” que ir adaptando la ruta rodando a los lugares por donde podíamos avanzar sin tener que perder 15 minutos quitando el barro de las ruedas. Fabián aprendió rápidamente a detectar el “barro malo”. Y lo hizo exactamente como hemos hecho todos, siguiendo el método “ensayo-error” ¿Un poco desesperante? Sí. ¿Didáctico y revelador? también. Es lo que tiene querer avanzar en cabeza…

El PR hacia Susín del que hicimos parte, parecía firme y por ahí comenzamos a subir tranquilamente, hasta que llegamos a un espectacular mirador sobre Vallibasa, Sabiñánigo y Peña Oroel. Con el afán de ver las cimas más altas del Pirineo cubiertas de nieve al otro lado del collado, avanzamos junto a los postes que marcan el camino, empujando las bicis a ratos hasta que tuvimos la cima de Oturia a la vista. Desde aquí, sin bicis, salvamos los 200 metros de desnivel que nos quedaban para dar con la cima de Oturia. (Uno de los mejores miradores del Pirineo central). Una vez en la cima; té, música y mucho abrigo!!!

Al poco de llegar, una nube densa nos envolvió, estaba claro que no nos iba a dejar ver “más allá de nuestras narices”. Así que, antes de que se pusiera más feo, decidimos volver a por las bicis (Por aquello de no hacer el tonto buscándolas entre la bruma y el frío intenso). Deshicimos el camino hasta Santa Orosia, fue muy divertido. De un paisaje escondido en la niebla pasamos a la magia de los últimos rayos de luz del día con un caldito caliente entre las manos.

Pese a que hubo un momento en el que el día parecía perdido por las condiciones del terreno y la meteo, supimos darle la vuelta y disfrutar de un gran día de bici de Montaña en familia con cima incluida.

Producción y redacción: Isabel Santolaria.

Fotografía y vídeo: Martín Campoy.

Creado por: Osole Visual

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Totem Pole. Cabo Hauy, Tasmania

El Totem Pole es una aguja situada en el Tasman sea, en la península del mismo nombre, al sur de la isla. Tasmania es un estado de Australia que, desde nuestro país, queda en las antípodas del planeta.

La península de Tasmania es una región de apariencia antártica y destaca por sus acantilados y agujas que emergen del fondo del mar. Desde Hobart, la capital, en unas 2 horas en coche,  se llega a Fortescue, campamento con lavabo, duchas y agua. En esta página encontraremos los detalles:

https://parks.tas.gov.au/explore-our-parks/tasman-national-park/fortescue-bay-camping

Desde Fortescue hasta el rápel para acceder al Totem Pole hay unas 2 horas caminando. Cuando se llega al mirador, se puede ver el obelisco desde arriba y el agua golpeando violentamente contra él. Impresionante lugar que puede invitar a un posible cambio de planes.

Se destrepa el acantilado por un camino más o menos evidente. Un rápel de 60 metros nos lleva a una repisa expuesta a las olas. Desde aquí toca propulsarse y balancearse para alcanzar una de las expansiones incrustadas en el Totem Pole. En cada intento fallido el balanceo te lleva  a un córner oscuro poco deseado. Pruebo varios saltos y en uno de ellos consigo chapar. Los turistas animan desde el mirador. Subo por el paño mojado con las olas golpeando en la espalda. Lo hago en artificial. Una caída aquí sería letal hacia el muro otra vez. Todo va bien. consigo montar reunión por encima del umbral de las olas. Jonathan, reunión!. Baja mi compañero, lo traigo hacia mí. La cuerda será nuestro cordón umbilical. Soltarla aquí sería un no retorno. Nos acompañará hasta la cima para montar una tirolina y volver así al otro lado. Elegimos la Free route, 80 m 7b. Una ruta de roca excelente aunque muy obligada en libre:

L1. 20 m 7a+. Espectacular y con mucho ambiente. 3 o 4 expansiones. Necesario micros. Cuando se acaba el canto y la posibilidad de autoproteger, flanquear ligeramente a la izquierda para seguir la fisura oculta de números medianos. Reunión equipada en una plataforma triangular característica.

L2. 30 m 7b/+. Espolón y placa excelente. Varios seguros fijos. Llevar números medianos. Reunión a montar a la derecha del espolón bajo un techo.

L3. 15 m 7a. Travesía a la izquierda con fisura de micros y luego travesía a la derecha con paso fino. Reunión equipada donde reenviaremos la cuerda del rápel una vez montemos la tirolina.

L4. 6 m 6a. Subir al bloque somital por una fisura. Una vez alcanzada la cima,  como carece de reunión fija, bajar otra vez destrepando a R3.

En definitiva, una ascensión muy recomendable llena de estrategia y maniobras en un ambiente estremecedor.

Guille Cuadrado

 

 

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BENASQUE – Una aventura en E-bike – Parte 2

DAY 2:

Después de los 12 km de bajada nos dimos cuenta de que Ernest necesitaba pastillas nuevas, así que nos dirigimos a Castejón de Sos para buscar unas nuevas, olvidamos las de repuesto en casa. Llegamos tarde y comenzamos a pedalear a las 11:00, así que sabíamos que sería un viaje caluroso. Aún así, la mitad del viaje cuesta arriba y la otra mitad cuesta abajo. Seguimos una pista roja hasta la cima, bastante empinada con muchas vueltas en U, también con unas vistas increíbles de todo el valle.

En la parte superior, giramos a la derecha y comenzamos a andar por una pista única bastante empinada hasta llegar al bosque donde las cosas se pusieron interesantes. El camino estaba tan roto que tuve que usar todas mis habilidades de prueba para atravesar los jardines de rocas, no es lo que esperábamos, pero lo logramos hasta ahora. Después de eso llegamos a un área completamente diferente, arena roja por todas partes. y paramos para hacer algunas fotos. Seguimos bajando y nos adentramos en un bosque, algunas partes rocosas y técnicas y terminamos donde empezamos, Castejón de Sos. Tan cansados y acalorados decidimos almorzar tarde y descansar esa tarde para levantarnos súper temprano para repetir la cabalgata del primer día, ver el amanecer desde la cima y hacer el descenso a la luz del día.

DÍA 3:

Sonó la alarma a las 5:30 am, condujimos la furgoneta hasta Cerler ya las 7:00 am ya estábamos en marcha. Llegué a la cima en 25 minutos y vi el amanecer desde allí, tomé algunas fotos y comencé el descenso. El plan estaba funcionando hasta que a Ernest se le cortó la rueda y tuvimos que volver a la furgoneta para cambiarla. Mientras estuvimos allí, nos encontramos con un par de ciclistas y nos dijeron que fuéramos a La Mina, un viaje corto de 16 km con vistas locas de escalada y un agradable descenso de singletrack con algunas partes empinadas y peligrosas.


Comimos algo en Cerler y ¡a por ello! No nos engañó. La primera parte fue muy empinada con algunas partes técnicas y vistas locas del valle. Luego, una zona plana con un acantilado en el lado izquierdo, un poco peligroso si no estás concentrado en montar. Y finalmente entrar en el bosque para un giro rápido y S. Un poco incompleto pero súper divertido de manejar.

FINAL

De vuelta a casa, hablábamos con Ernest de esta aventura y para nosotros y montando en una bici normal nos centramos mucho en la conducción, con la e-bike pasa a un segundo plano y lo tomamos más como un Actividad de aventura donde descubrimos nuevos lugares y también cabalgamos. Y es por eso que pensamos que cada tipo de bicicleta es un tipo diferente de aventura, no es «solo montar»

 

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VUELTA A MONTSERRAT EN BICICLETA DE MONTAÑA

Montserrat , una montaña emblemática con misterios, leyendas , mucha historia y de una belleza única . Y para nosotros es un macizo muy preciado que nos ha regalado grandes momentos entre escaladas, caminatas y rutas en bicicleta.

En esta ocasión vamos a dar la vuelta a Montserrat en bicicleta de montaña,y a través de agradables pistas podremos  contemplar  todas sus caras y descubrir perspectivas muy variadas de  este singular macizo. Rodaremos por las comarcas del Baix Llobregat , Anoia y el Bages.  Siempre vamos a pedalear por buenos caminos, algún  tramo pedregosos  y algunos pocos kilómetros de carretera.

El resultado es una ruta de 58 quilómetros y  unos 1300m de desnivel positivo. Para obtener información recurrimos al libro “La Portals, Volta a Montserrat en Btt ”. Como curiosidad Portals de Montserrat es el nombre con el que se agrupan los municipios montserratinos de Monistrol, Marganell, el Bruc y Collbató.

Empezamos en el pueblo de Monistrol de Montserrat,  entre llano y muy ligera bajada vamos de lado izquierdo del río Llobregat. Pasado el Balneario de la Puda,  bajamos para pasar unos metros de la C-55 (como sí volviéramos dirección Monistrol)  y así poder cruzarla. Hacemos unos unos quilómetros por la solitaria pista asfaltada de Can Sedó y   llegamos a la ermita de Santa Maria del Puig. Nos desviamos e hicimos una parada en la ermita pero cometimos el error de no deshacer un poco de recorrido para retomar la pista. Nos fuimos por el recto y nos tocó hacer un poco el jabalí para retomar la pista un pelín más arriba, no valió la pena recortar, lo más práctico es volver  a la pista de nuevo.

Llegamos a Collbató y recorriendo las pistas que pasan por  la Vinya Nova y Can Jorba tendremos grandes vistas de las paredes sur de Montserrat . Pasamos por el Norte del Bruc  y siguiendo la pista , vamos a encontrar las cuestas més empinadas de la ruta que nos llevarán  a Can Massana y a la espectacular zona de Agujas.

De Can Massana, descenderemos por la  carreta dirección al Monasterio y a 2,5 kms en una curva muy cerrada tomaremos el desvío (41.66172329N, 1.7864136) para meternos en  una agradable pista que nos baja hacia Marganell. Al finalizar la pista giramos a izquierda en la carretera de Marganell y  al cabo de 1,1 km giramos a la derecha (41.6476115N, 1.7889521E) a por la pista “Camí de la Francesca” que  desemboca en el GR4,o Camí de Sant Vicenç de Castellet.  Seguimos el  GR hasta llegar de nuevo la carretera de Marganell, giramos a nuestra derecha e a pocos metros volvemos a tomar una pista a izquierda donde nos espera una corta pero buena subida a la pista con el nombre de Camí de la Pedrera del Sulfio. Y ya estamos en la recta final de la ruta, nos quedan 5 kilómetros de bajada. Apareceremos al Norte de Monistrol  en el aparcamiento del cremallera, y vale la pena acabar el recorrido pasando por las callejuelas de este pintoresco pueblo.

Quim Roumens y Lali Bofill

Portabebés Amare de Vaude