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Mi relación con las montañas se remonta hasta los primeros recuerdos de los que soy consciente. De la mano de mis padres hice mis primeras andaduras y luego bajo el paraguas de la UEC de Gràcia se desarrolló una evolución que parecía cantada hacia la escalada y el alpinismo. Con una mayor predilección por la escalada de pared o ascensiones alpinas donde el objetivo es alcanzar la cubre, y los esquís, la escalda en roca y la progresión en hielo se convierten en unas herramientas valiosas para culminar un itinerario limpio, inteligente y estético. Mis escuelas no podían ser otras que Montserrat, el Pedraforca, el Montsec de Rubies, Ares y Estall, Pirineos y Alpes.
Desde hace unos años la escalada, el alpinismo y el esquí de montaña ha dejado paso a la bicicleta, explotando su versatilidad para seguir explorando la montaña. Las mentes inquietas siempre serán inquietas. Antes los sueños eran siempre con una cuerda atada en la cintura, ahora suelen ser sentados sobre un sillín. Hace cuatro años se me pasó por la cabeza hacer una travesía invernal en bicicleta, emulando mis primeras travesías con esquís por pirineo, cuando el esquí de montaña era casi anecdótico y la montaña era para ti solo. Así que pusimos rumbo a Laponia, el lugar más cercano y apto para poder rodar por la nieve. Y desde entonces hemos repetido cada año y por lo que parece no creo que rompamos la tradición.
La 1000 Miles o Trans Czescho-Slovakia también me ha robado el corazón, una carrera de 1600 km non-stop y sin asistencia externa, lo que se conoce como self-supported. Una carrera donde lo importante no es llegar el primero, si no gestionar el día a día y los contratiempos que van surgiendo, donde conseguir comida, donde dormir, administrar las fuerzas, etc… en resumen, pedalear rápido, lejos y seguro. Los dos últimos años he podido participar en la 1000 Miles, en 2014 me gustaría repetir si consigo que no se solape con el proyecto estrella del año. Como suele pasar, a medida que uno supera sus retos personales y sobrevive a ellos, los nuevos retos suben el listón. Y el 2014 no va a ser una excepción. La intención es trazar una ruta en bici a través de los fiordos de Groenlandia. Combinando el uso de la bici con un kayak hinchable. No hemos encontrado ninguna referencia anterior sobre viajes en bici por Groenlandia, así que habrá que ir a comprobar si Groenlandia es apta para bicis o no.
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