Algunos tienen ese don especial da detectar las debilidades de otros y utilizan dicho don para manipular las mentes débiles. Por eso seducirme fue fácil. Las palabras clave, “8 días pedaleando entre 1500 y 2000 metros” y “Sierra Nevada”. Así conocí la existencia de la Transnevada, no hay excusas que valgan, lo sé, a veces nos fijamos en lugares remotos sin tener en cuenta las joyas que tenemos más a mano.
Recorrer el perímetro del Parque Nacional de Sierra Nevada descubriendo sus pueblos y paisajes aletargados, bajo la entena mirada del Mulhacén. La tranquilidad de la Solana Almeriense y la vida de las Alpujarras. La Trasvenada no destaca por ser una ruta técnicamente difícil, todo lo contrario, es una ruta muy rodadora, aun que en un tramo hay que empujar un poco la bici, nada grave. Donde hay que prestar atención es en la parte logística, si se quiere hacer en modo de autosuficiencia sin desviarse de la ruta hay que prever que de los 450 km que consta la Transnevada, durante 230 km no se pasará por ningún pueblo ni lugar donde proveerse de comida, y el agua no es que abunde tampoco.
Esto le añade un plus de aventura a la ruta, planear una buena logística para cargar con lo mínimo para no falte de nada sin comprometer nuestra agilidad de avance ya es un reto por si solo. Por eso optar por el estilo Bikepacking es una de las mejores decisiones que se pueden tomar. Aun no me queda claro si mi mente es débil y dominable o si cualquier excusa me vale para largarme a pedalear durante horas y durante días flipando a cada momento. Se como sea, la verdad es, que he salido ganado.