Hoy os queremos hablar de una bonita y solitaria salida por los bosques del Bisaura hasta el Castillo de Milany. Empezamos el camino siguiendo las marcas azules, que nos adentran en un hayedo lleno de Ramonda myconi (oreja de oso), Anemone hepatica, (hierva del hígado) , fresas, acebo, tejo, Polygala calcarea(hierva azul )hasta llegar a una pista donde giraremos a la izquierda hasta llegar a un sendero a la izquierda con marcas amarillas. Seguiremos por el sendero hasta volver a cruzar la pista forestal y entrar otra vez en un hayedo que nos dejará en el Ras de la Cau.
A partir de aquí cambia la vegetación y estaremos en prados alpinos con castaños inmensos y un paisaje verde intenso hasta llegar al Castillo de Milany, donde a dia de hoy solo quedan unas bonitas riunas con vistas a todo Pirineo y Cataluña central. La bajada está poco definida pero marcada con palos y hitos que a veces cuesta de ver, hasta llegar a la casa de Milany donde seguiremos por la pista hasta cruzar el rio y coger el sendero de la derecha hasta el morro del Quer.
El morro del Quer es un precioso y solitario mirador a los bosques desconocidos del Bisaura, y se laza sobre una pared con vías de escalada artificial debajo. Deshacemos este último trozo del camino hasta el río y lo reseguiremos por la derecha en un pequeño sendero que nos llevará a ver un par de cascadas que vale la pena ver. Una vez hecho, volvemos a la casa de Milany y seguimos por la pista hasta ver un sendero marcado a la izquierda que nos dejará en la pista forestal que nos llevará hasta les baumes del teixidor. Esta preciosa bauma hace unos cien metros de largo por una treintena de altura en las partes más altas y es, todavía hay restos de construcciones, bastante deterioradas.
Está dividida en dos partes muy bien diferenciadas: La parte derecha es la más sencilla: se entra a través de una rampa, ya que se utiliza para guarecerse ganado. En el fondo hay dos habitaciones aún enteras y también un pesebre. El techo de estas habitaciones es ahumado, ya que durante una temporada había dos familias masoveras que una vivían aquí. En la parte izquierda es donde había las viviendas principales y habitadas durante más tiempo. El techo es completamente ahumado. Se conserva el horno, en bastante buen estado, en una de las paredes exteriores que harían de fachada. De estas estancias de la izquierda, algunas, las que quedan más a la esquina y, por tanto, elevadas, no necesitaron de la construcción de un techo. Las de más a la derecha sí. Aquí en este sector hay, pues, cinco habitaciones enteras más un par, más exteriores, que se pueden intuir.
Una de estas habitaciones más exteriores y que debía tener techo, todavía tiene los restos de lo que parece una viga, pero que en realidad es una canal para transportar el agua. Actualmente se utiliza para resguardar el ganado. Dentro del conjunto de las cuevas más grandes ésta fue la última en ser deshabitada, a principios de los 50. Sin embargo, otras cuevas más pequeñas de la zona fueron ocupadas hasta bien entrados los años 60.
Se dice que durante una temporada se habían hecho piezas de las famosas pistolas de Ripoll. Una vez visto solo nos queda seguir la pista forestal hasta Llaés.