Esta ruta que os ofrecemos es un buen desafío en bicicleta de carretera ya que encadena escaladas a tres colosos de los Alpes Suizos com son el Passo San Gottardo, Furka Pass y Nufenen Pass. Tres monumentos por su exigencia y por su belleza que nos harán sufrir y disfrutar a la vez. Pedalearemos por los cantones (o provincias) de Ticino , Uri y Valais. En general las carreteras están en muy buen estado y no encontramos un excesivo movimiento de vehículos.
La distancia son 100 quilómetros y el desnivel positivo 3125 metros La ruta podríamos decir que es de alta dificultad, por la distancia y sobre todo por el desnivel acumulado y el territorio montañoso.
Enlace a WIKILOC: https://ca.wikiloc.com/rutes-bicicleta-de-carretera/airolo-san-gotarddo-furka-pasa-nefunen-115989710
Descripción de los pasos o collados:
Passo San Gottardo 2109 metros de altura. Desde Airolo: 12,3 km, 7,3 % de pendiente media y 830 m de desnivel positivo.
Furka Pass 2.453 metros de altura . Desde Realp: 13 km, 7 ,5% de pendiente media y 898 m de desnivel positivo
Nufenen Pass 2478 m de altura . Desde Ulriche: 13,3 km, 8% de pendiente media, 1.132 m de desnivel positivo
Epoca que hicimos la ruta: Otoño. Fue en el mes de octubre, pero disfrutamos de una meteo extremadamente calurosa por la época.
Avituallamientos: Es fácil repostar comida y agua en cualquiera de las poblaciones por donde pasemos. Pero siempre hay que ser previsores y cargar con algo para picar.
Material: A parte de herramientas y recambios, no olvidar chaqueta cortavientos,y guantes largos. Los descensos son largos y frescos y estamos pedaleando en territorio alpino.
Arrancamos del pueblo de Airolo, para escalar el San Gottardo, paso que conecta la parte alemana con la italiano-parlante de Suiza. Subiremos por el valle de Tremola resiguiendo su pequeña y serpenteante carretera adoquinada de una belleza y un encanto únicos. Pensábamos que el paso por adoquines sería un tanto incómodo, pero no. El adoquinado es suave y aparece en los últimos 5 quilómetros, así que se hizo más llevadero de lo que nos imaginamos. Hay que añadirle que es una carretera con cero tráfico de vehículos pues hay una general que también sube al paso.
Llegamos al Lago de la Piazza situado en el collado, nos recuperamos nos abrigamos y proseguimos con el descenso. La bajada transcurre por carretera buena, ancha, tranquila y nos lleva a Hospental, y de aquí por unos falsos llanos en el fondo del valle nos plantamos a Realp. Encontraremos bien indicado Furka Pass, nuestro próximo objetivo. En este tramo detectamos un poco más de tráfico pero a medida que dejamos el valle y los núcleos habitados ganamos altura y tranquilidad. Subimos contemplando las preciosas herraduras que nos esperan, pasamos la desafiante y famosa curva protagonista “Goldfinger” de James Bond y continuamos hacia el abandonado Hotel Belvedere. Para nosotros el toque más especial es la compañía de las gigantescas paredes graníticas que envuelven esta ascensión.
En la cima hacemos una paradita al abrigo de una antiguo apeadero de ferrocarril y una vez recuperados nos tiramos a por una deliciosa y deseada bajada que nos llevará al valle donde rodaremos unos agradables quilómetros en compañía del río Ródano. Tomamos tramos de carril bici y carreteras locales sumergidos en un bucólico paisaje de prados, bosques y casitas de piedra local. Ya hemos acumulado 2000 metros de subida en las piernas pero este tramo llano nos permite recuperarnos para la última escalada. El Nufenen, un coloso que no nos va a dejar indiferentes, al contrario pues es un puerto de los duros y de una belleza muy salvaje.
En el pueblo de Ulrichen abandonamos el territorio llano y habitado para iniciar la subida. El cansancio empieza notarse y la escalada no es fácil pero la espectacularidad del paisaje endulza las dureza del momento. La parte baja atravesamos zona boscosa teñida de colores otoñales. Al ganar altura, las vistas se abren, la vegetación desaparece y ante nuestras narices tendremos el muro de herradura que nos falta superar.
Y sin prisa pero sin pausa avanzamos por una pendiente que no nos da tregua y finalmente coronamos este fantástico paso. Aparecen nubes y caen cuatro gotas así que no alargamos la parada. Desplegamos el cortavientos, los guantes largos y emprendemos la última bajada que nos retornará a Airolo. Y que gozada de descenso! Carretera en perfectas condiciones, la bici se desliza con una suavidad perfecta, curvas preciosas y un paisaje alpino de postal . Un regalazo de fin de ruta.
Quim Roumens y Lali Bofill