Hace años que le tenia echado el ojo al Kungsleden. Como de costumbre, de vez en cuando voy repasando las ideas de aventura que me rondan constantemente por la cabeza. La idea original era hacerla en Fat Bike en invierno, pero buscando información se me pasó por la cabeza que quizás se podría recorrer en bici en verano. Y al buscar información en esa dirección descubrí que algunas personas ya lo habían hecho, pero no muchas, así que la idea de haber descubierto un tesoro escondido fue demasiado tentadora.
25 kg con todo lo necesario para los siguientes 5 días, no está mal…El lujo de los primeros quilómetros del Kunsleden.
El kungsleden, o Camino del Rey, es un recorrido de 440 km que transcurre por le norte de Suecia, desde Abisko hasta Hemavan. Normalmente se hace caminando en verano y con esquís en invierno. Está totalmente señalizado y en algunos tramos podemos encontrar refugios completamente equipados y guardados cada 15 km y en otros tramos nos podemos tirar 100 km sin encontrar nada. Uno de los atractivos que tiene esta ruta son los lagos que hay que cruzar, en verano podemos encontrar baquitas de remo que están previstas para que la gente las use de manera gratuita y en ocasiones hay barcas a motor para los tramos de agua más largos, pero estas ya son de pago.
Durante toda la ruta podemos encontrar las típicas pasarelas de madera para para salvar humedales y algún que otro tramo de piedrasLas pasarelas de madera nos siempre son las aliadas de las bici…
La poca información y los videos que encontramos sobre la gente que había hecho el Kungsleden en bici sonaron como cantos de sirena en mi cabeza. Desde el principio tenia pensado en ir solo, pero algo así tenia que compartirse, así que fue fácil reclutar a los incondicionales de siempre emulando a Shackelton con su mítico anuncio en el periódico:” Se buscan hombres para viaje peligroso. Salario bajo, frío penetrante, largos meses en la más completa oscuridad, peligro constante, y escasas posibilidades de regresar con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito.” Cambiando el frio permanente por ola de calor y los mese de larga oscuridad por el sol de media noche y los mosquitos.
El punto más alto de la ruta 1236 m, a mediados de julio sigue nevado…
3 aviones, un autobús, dos dosis de Pfiser y un PCR bastaron para llegar a Abisko y empezar a pedalear, los 15 primeros quilómetros los rodamos como niños pequeños, un paisaje espectacular entre bosques, ríos y puentes de pasarela. En el quilómetro 16 empezamos a ver que no todo iba a ser un regalo. En el quilómetro 20 entendimos por qué había poca gente que hiciera esta ruta en bici y en el 25 me quería morir por haber engañado a 3 colegas para ir al supuesto “Paraiso escondido” del Bikepacking….
Uno de los cientos de puentes que encontramos durante la rutaLa inmensidad de los paisajes del norte de Suecia
La ruta resulto ser poco ciclable, todos coincidimos que nos pareció un 50% ciclable y un 50% de empujar la bici, en lo que no nos ponemos de acuerdo es si ese 50% es sobre los quilómetros recorridos, la mitad a pie y la otra mitad en bici, o si es la mitad del tiempo en bici y la otra mitad en empujando la bici. Es evidente que 1 hora en bici recorres más que una hora empujando la bici.
Luchando contra las piedas, una constante durante la rutaParece absurdo montar el campamento en un lugar donde no se hace de noche, en estas latitudes en verano “gozamos” del sol de media noche…
Al igual que hay tramos que son un regalo para rodar en bici por la belleza del entorno y la facilidad del camino, en otros momentos uno decide poner el pie en el suelo harto de ir rebotando de piedra en piedra y luchando cada pedalada para avanzar sin perder el equilibrio a cada centímetro por lo costoso que resulta avanzar. Dependiendo de los ánimos de cada momento uno puede alargar más o menos los tramos ciclables pero tarde o temprano la realidad te hace aceptar que es más sensato seguir a pie que dejarse el alma en el intento.
Uno de los lagos que hay que cruzar en barca a remos, no muy pensadas para cargar bicis…Aquí la autosuficiencia toma otro sentido, con una caña puedes cenar de lujo…!!!
Una vez hemos dejado claro que el Kungsleden no es una ruta recomendada para recorrer en bici, a no ser que te vaya la marcha… (Ya nos hubera gustado haber leído una crónica así de sincera antes de decidir aventurarnos en el Kungsleden). También me gustaría contar que tras la épica de la ruta y de mi sentimiento de culpabilidad de haber engañado a mis compañeros de fatigas, la sensación una vez terminada nuestra incursión en el Kungsleden feu: ”Que ruta más guapa y que bien nos lo hemos pasado…!” Hay que decir que es uno de los sitios más guapos para empujar la bici, aunque hay tramos muy rocosos, los desniveles no sin exagerados y el entorno enamora.
A parte del intenso Hike a Bike, En Suecia hemos encontrado unos paisajes increíbles de valles infinitos donde poder acampar donde te apetezca, bañarte en lagos y ríos, acampar donde quieras, pescar la cena y cocinarla a la brasa con un fuego en el suelo, rodeados de una naturaleza imponente e infinita. Hay pocos lugares en Europa donde todo esto esté permitido, y estas pequeñas cosas le dan un toque genuino a la ruta. Recomiendo muy en serio esta ruta para hacerla a pie o en esquís, aunque sea solo una parte.
Tengo la certeza que el Kungsleden y yo volveremos a vernos las caras más pronto que tarde, lo que no tengo claro es si será con ruedas normales o de nieve…. 😉