Vientiane, Laos; 21 de enero de 2013
Amigos, amigas: después de unas largas (y creo que merecidas) vacaciones de inverno he vuelto a la carretera. En esta nueva crónica os contaré cómo acabaron mis días de turista convencional en Vietnam, que tengo un nuevo compañero de viaje y mis impresiones de Laos.
Cómo sabéis, a finales de diciembre mi novia Cris voló hasta Hanói para que pasáramos unos días juntos. Ya os conté que después de visitar la capital y el norte del país viajamos hacia el sur. Tras nuestro paso por la ciudad medieval de Hoi An, subimos en bus hasta Hue para conocer la ciudadela construida a principios del siglo XIX por el emperador Nguyen Phuc Anh. A pesar de los daños causados por los bombardeos durante la guerra con Estados Unidos, aún se puede apreciar la magnificencia de los múltiples palacios que conforman el conjunto, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Desde ahí hicimos una excursión en autobús local a Phuoc Tich, un pequeño pueblo donde se conservan perfectamente casas tradicionales de dos siglos de antigüedad. Un paisano nos encontró husmeando en su patio y tras preguntarnos qué hacíamos en su propiedad nos invitó a pasar y charlar un rato en su salón.
Más tarde alquilamos una moto y llegamos a los túneles de Vinh Moc, excavados por los propios habitantes de esta población para protegerse de las bombas de la guerra. El corazón se nos encogió al recorrer las estrechas galerías y ver las celdas donde los vietnamitas dormían, iban al baño o daban a luz.
Finalmente llegó el momento de regresar a Hanói y prepararnos para volver a nuestras vidas cotidianas: Cris a Barcelona, a trabajar como una persona normal, y yo a la carretera, a acabar lo que he empezado. La despedida, como os podéis imaginar, fue desgarradora. Por suerte, como en Vietnam no para de llover, pude disimular bien mi tristeza. Los tres días siguientes pedaleé desde Lao Cai hasta Hanói. Como recordaréis, hacía tres semanas había hecho ese trayecto en tren porque llegaba tarde a mi cita con Cris, prometiéndome que más adelante lo reharía en bici. Y por mis estúpidos principios tuve que chuparme tres duras etapas subiendo y bajando las montañas del norte de Vietnam. Una vez de nuevo en la capital, me despedí de los amigos que había conocido en la ciudad, especialmente Guim de The Hanoi Bicycle Collective, y me reuní con Joan Capdevila, mi concuñado, que pedaleará conmigo hasta Singapur.
Durante las primeras etapas juntos recorrimos la Carretera Nacional 1 hacia el sur. La lluvia, la niebla y el tráfico intenso fueron las notas dominantes de este trecho. No disfrutamos del paisaje hasta la tarde del tercer día, cuando abandonamos la ruta principal para circular por una vía mucho más tranquila. Entonces tuvimos la oportunidad de respirar la serenidad de los campos de arroz y observar cómo los campesinos plantaban los nuevos brotes hundiéndolos en el barro.
Tras una espectacular subida hacia las alturas del parque natural de Vu Quang, envueltos por el verde de la jungla y el blanco de la niebla, llegamos a la frontera de Laos. Tuvimos que esperar a que volviera la luz y los ordenadores de la aduana se pusieran en marcha, pero finalmente cruzamos al nuevo país. Desde entonces todo ha sido un sueño. ¡Laos es el paraíso de los ciclistas! Para empezar, tras recorrer unos pocos quilómetros desde la frontera, las espesas nubes desaparecieron como por arte de magia y vi un cielo azul por primera vez en un mes. Las carreteras están en buen estado, el tráfico es escaso y el paisaje es espectacular: altas formaciones de roca caliza se levantan como puños por todas partes de entre los densos bosques. Incluso los conductores son más amables y si pitan para que nos apartemos lo hacen casi educadamente.
Y tras pasar esta noche en Vientiane, la pequeña capital de Laos, mañana viviremos otro cambio al cruzar una nueva frontera e internarnos en Tailandia. Después de haber pasado meses enteros en los gigantes de Asia, este dinamismo me llena de emoción. Espero que a vosotros también, ¡seguimos rodando, fins aviat!
Xavi Narro ha trabajado como guionista en Barcelona TV, Mediapro y, hasta junio, en el programa “APM?” de TV3.
Pedaleará unos 40.000 km por cinco continentes durante 15 meses.
De momento ha recorrido la distancia entre Barcelona y Vientiane, 14.367 km, en 177 días.
También podéis seguir su viaje en:
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@Rodamontv